Las scaleups y las startups son dos tipos de empresas que comparten algunas similitudes y diferencias importantes.
Ambas buscan crecer rápidamente y tener éxito en el mercado, pero la forma en que lo hacen es diferente. ¿Cuáles son los aspectos clave que diferencian ambos conceptos?
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ToggleLas scaleups son empresas que han demostrado un modelo de negocio sólido y están en una fase de rápido crecimiento. Han superado la fase inicial de la creación de una empresa y están centrándose en expandirse. Tienen un equipo sólido, una estrategia clara y una base sólida de clientes y recursos. Por tanto, están mucho más avanzadas en su modelo de negocio, consolidando sus ingresos y empleados.
Las podemos clasificar en tres tipos en función de su facturación: scaler, cuando han facturado un millón de euros en los últimos tres años; growth, cuando su facturación ha sido de diez millones; y finalmente rocket, cuando la cifra ha sido mayor a cincuenta millones en los últimos tres años.
Las startups, por otro lado, son empresas recién formadas que están en la fase inicial de crecimiento. Su objetivo principal es encontrar una solución escalable y rentable para su problema de mercado.
Diferencias entre startup y scaleup
Modelo de negocio
Están tratando de desarrollar y validar su modelo de negocio, y su prioridad es encontrar una forma de generar ingresos y atraer inversores. A menudo están en una fase de experimentación y suelen tener un equipo pequeño y una estrategia en evolución.
Las scaleups tienen una mayor estabilidad y una estructura más sólida, lo que les permite concentrarse en su crecimiento.
Sin embargo, pueden ser más conservadoras y menos propensas a arriesgarse y experimentar, ya que se enfocan en optimizar y mejorar su modelo de negocio existente.
Además, este tipo de empresa tiene un ritmo anual de crecimiento superior al 20% en facturación o en número de empleados durante los últimos tres ejercicios.
Financiación
En términos de financiamiento, las startups suelen depender de inversionistas externos para financiar su crecimiento, ya que comienzan con un capital mínimo y una vez consiguen vincularse a socios estratégicos pueden experimentar un mayor crecimiento y validación de su proyecto.
Las scaleups, al tener mayores oportunidades no están en la búsqueda constante de ayuda externa, ya que superan a las startups en términos de rentabilidad. También podemos observar que esta financiación suele proceder en este caso de grandes compañías y no por otros métodos de financiación más propios de las startups, como pueden ser los Business Angels.
Supervivencia
Además, ambos pueden ser propensos a experimentar cambios bruscos. Es decir, al igual que tienen la posibilidad de crecer de forma exponencial, también pueden fracasar en un período muy acelerado.
En concreto, las startups suelen tener una tasa más baja de supervivencia como consecuencia de que no son tan sólidas como las scaleups ni tienen su producto o servicio madurado, por lo que se encuentran aún en fases iniciales de crecimiento.
Equipo
Mientras que en las startups las personas que forman parte del proyecto son muy transversales, en las scaleups se incluyen a profesionales que tengan experiencia en ámbitos concretos. Esto supone una consecuencia de su desarrollo y de tener necesidades mucho más concretas para conseguir su objetivo de crecimiento.
En resumen, estos dos conceptos suponen diferentes tipos de empresas que buscan el éxito en el mercado, pero lo hacen de forma diferente. Las scaleups tienen una estructura más sólida y se enfocan en el crecimiento, mientras que las startups son más flexibles y están en la vanguardia de la innovación. Es importante tener en cuenta tanto las fortalezas como las debilidades de cada tipo de empresa para poder adaptarnos a cada una de estas etapas.